OGUM: HOY ES SU DÍA – UNA REFLEXIÓN DESDE EL CORAZÓN DEL AXÉ

Hoy, 23 de abril, celebramos la Data de Ogum, el gran Orixá guerrero, dueño del hierro, del camino, de la justicia y de la batalla justa. Para quienes vivimos la fe africana en sus múltiples expresiones –sea en el Candomblé, la Umbanda blanca o la Kimbanda de Angola– este día no es solo un recordatorio litúrgico: es un llamado profundo a conectar con la energía de quien abre los caminos y corta lo que está trancado.

Ogum, el Señor del Corte y del Progreso

Ogum no solo representa la guerra, sino el coraje de enfrentar los obstáculos internos y externos. Es el Orixá que con su espada limpia los caminos de sus hijos y devotos, eliminando la negatividad, la injusticia y la cobardía. Su fuerza está en cada herramienta, en cada máquina, en todo lo que el ser humano construye con el metal y la determinación. Sin Ogum, no habría civilización.

En la Umbanda blanca, Ogum se presenta como un gran protector espiritual, un guía que lucha contra el mal, que acompaña en los momentos de peligro y que sostiene a aquellos que defienden la verdad y el bien. En Kimbanda, su esencia se conecta con las fuerzas que rigen el poder de la justicia implacable, sin perder la nobleza de su proceder.

La Espada de Ogum y el Corazón del Devoto

Ogum no pide adornos ni halagos vacíos. Él exige acción, verdad, compromiso, y que los que lo invocan se levanten con dignidad frente a sus batallas. Ser hijo o devoto de Ogum no es simplemente usar su color o cantar sus puntos: es vivir una vida de honra, luchar por lo que es justo, proteger a los tuyos y nunca claudicar ante la maldad.

Hoy encendemos velas rojas y azules, ofrecemos espadas simbólicas, flores y nuestra gratitud. También recordamos que su fuerza vive en nuestros actos: en la palabra que defiende, en la acción que protege, en la firmeza del carácter. Su día es para reverenciarlo, pero también para preguntarnos: ¿estoy luchando con dignidad?, ¿estoy abriendo caminos para mí y para otros?


Ogum y la Comunidad Espiritual

Para nosotros, religiosos consagrados o caminantes de la senda espiritual africana, este día nos reúne en comunidad, nos hace recordar que sin Ogum no hay paso, no hay avance, no hay victoria. En cada terreiro, en cada congá, en cada rincón donde se le honra, Ogum baja con su espada espiritual para reafirmar su alianza con nosotros.

Que hoy Ogum bendiga tu casa, tu camino, tu trabajo y tus relaciones. Que te dé la fuerza para seguir adelante cuando la vida se torne dura. Que te enseñe a luchar con nobleza, a perdonar sin debilidad y a actuar con justicia sin venganza.

Salve Ogum! Ogunhê meu Pai! Patacori Ogum!