La Historia de Exu Catacumbas y el Médium del Umbral


En los oscuros y silenciosos corredores del reino de las almas errantes, donde el olvido y la memoria se abrazan en un eterno susurro, reina uno de los Exus más antiguos y temidos: Exu Catacumbas. No es un Exu de caminos abiertos, sino de los portales sellados, de los secretos ocultos en tumbas olvidadas y de las almas que no encontraron descanso. Es un guardián de los misterios más profundos, un señor de las sombras que vigila el umbral entre la vida y la muerte.

Cuenta la tradición oral que hace muchos años, en un rincón perdido de Brasil, un joven médium llamado André comenzó a tener visiones perturbadoras. Cada noche, al cerrar los ojos, era arrastrado a un cementerio antiguo donde los huesos hablaban y las tumbas se abrían por voluntad propia. Sin entender lo que ocurría, André acudió a un terreiro de Umbanda Blanca buscando respuestas. Allí, bajo la guía de un viejo Babalorixá, se realizó una gira para investigar el origen de estas manifestaciones.

Fue durante una gira de izquierda, en un día lluvioso de agosto, cuando el cuerpo de André fue tomado por una fuerza desconocida. Sus movimientos eran pesados, sus ojos parecían mirar más allá del tiempo, y de su boca emergió una risa cavernosa. El silencio se apoderó del terreiro mientras la entidad se presentaba:

“Eu sou Exu Catacumbas. Não venho para brincar. Venho pra acordar o morto que vive, e fazer descansar o vivo que morreu por dentro.”

Desde ese día, André comprendió su destino: había sido escogido por Exu Catacumbas como su médium. No sería un trabajo fácil. Su misión era caminar por los márgenes, asistir a las almas atrapadas entre dimensiones, deshacer trabajos de magia negra que habían condenado espíritus al sufrimiento eterno y revelar secretos que los vivos preferían mantener enterrados.

Exu Catacumbas nunca hablaba en vano. Sus mensajes eran duros, sus revelaciones impactantes, pero siempre justas. En las sesiones, su energía imponía respeto, y bajo su regencia, muchas personas encontraron alivio, perdón y caminos nuevos, aunque tuviesen que enfrentarse a sus propios muertos internos.

A través de los años, André se transformó. Ya no era solo un médium; era un mensajero del umbral, un aliado de las almas y un sacerdote del misterio. Juntos, él y Exu Catacumbas formaron una alianza espiritual tan poderosa como temida, demostrando que incluso en las catacumbas del alma humana, puede nacer la luz, si uno se atreve a mirar con coraje y respeto.