Mis queridos hijos de la religión, les habla un Preto Velho, un espíritu de luz y sabiduría en la Umbanda. Hoy vengo a compartir con ustedes un mensaje de esperanza y fortaleza, para ayudarlos a sobrevivir a las pruebas que la vida les presenta.
La vida, mis hijos, es un camino de aprendizaje constante. Cada desafío, cada obstáculo, es una oportunidad para crecer, para fortalecer el espíritu y para acercarnos más a nuestro verdadero ser. No hay prueba que se nos presente sin una razón, y cada una de ellas nos prepara para algo más grande y hermoso en el futuro.
Recuerden siempre que no están solos en este camino. Los espíritus guías de la Umbanda, los Orixás, los Pretos Velhos como yo, estamos aquí para acompañarlos, para darles fuerza y para iluminar su camino con nuestra sabiduría ancestral. En los momentos más oscuros, cuando sientan que todo está perdido, busquen en su interior la luz divina que habita en cada uno de ustedes. Esa luz es inextinguible, es la chispa de Olodumare que los guiará a través de cualquier tormenta.
La fe es su mayor aliado. Mantengan su fe fuerte y pura, no solo en los espíritus y en los Orixás, sino en ustedes mismos. Ustedes son hijos e hijas de un poder divino, capaces de superar cualquier adversidad. La fe les dará la esperanza y la fortaleza para seguir adelante, incluso cuando el camino parezca incierto.
Practiquen la gratitud, mis hijos. Agradezcan por las bendiciones que tienen, por las lecciones aprendidas, incluso por las pruebas difíciles. En la gratitud encontrarán paz y una perspectiva más clara de su propósito en esta vida.
Y por último, recuerden siempre amar. El amor es la fuerza más poderosa del universo. Ama a tus prójimos, ama la naturaleza, ama la vida en todas sus formas. En el amor encontrarán la mayor de las fortalezas, y con ella, podrán superar cualquier prueba que la vida les ponga en el camino.
Que la paz, la luz y el amor de los Orixás estén siempre con ustedes. Axé.