CUANDO SE ORA CON EL ALMA...
A medida que avanzamos dentro del mundo espiritual, esa luz que llevamos en nuestro pecho desde que somos pequeños, comienza a mutar de alguna forma en nuestro interior, a esto lo llamamos desarrollarnos espiritualmente, es algo que desde y el nacimiento la persona trae consigo.
Desde la niñez se comenzará a tener las primeras experiencias y o comunicaciones con otros planos o seres desencarnados, pero es con el tiempo que el médium y o Espiritista llega a conocer empieza a desarrollar su comunicación hasta no dudar, ni de lo que ve, ni de lo que oye, mucho menos de lo que siente.
Hay una historia...
... De alguna manera resultaba fácil en los últimos años encender una vela, lo recuerdo hacer desde niña, recuerdo esperar que mi madre se retirara a dormir, lógicamente porque no me dejaba, cosa que el techo al día siguiente siempre me terminaba delatando., incluso el orar.
No era consciente comprendí que no hay oración "sana" sin antes dirigirse uno al santísimo, (Sea el santísimo, sea, sea siempre). No sabría calificar, pero hubo un momento de entera conexión.
Antes hubo un cambio repentino dentro del camino y la vela que reposaba cada noche,, la cruz junto a las flores, quedaron marchitas, mi silencio estaba ahogando el diálogo que tan abiertamente siempre se mantuvo .
Pasado el tiempo sin embargo, no pude más, necesitaba hablar, orar, o tal vez escuchar, la vela se encendió sin preámbulo, el incienso corrió por las finas telas de la nada, la música tomó protagonismo y todo resultó fácil embriagada entre el humo.
Estaba todo como siempre, en cada átomo de este todo, en cada átomo de mi ser, latiendo con fuerza, amándo de una forma que no es cognoscible, simplemente, ore con fuerza por los que sé que están sufriendo, seres cercanos, seres inocentes a los cuales la vida les entrega enseñanzas que se escapan a todo entendimiento, ore por aquellos que no saben reconocer que hay una consciencia superior.
Fue ahí que vi el cambio, fue ahí que ore con el alma en lugar de con la mente y fue ahí que logré entender que posiblemente nunca debí haber apagado esa luz infinita. .
Somos manos y pies, somos la posibilidad, la palabra adecuada en el momento adecuado, somos el medio y comunicación entre los mundos, somos proceso, porque somos espiritistas hechos de respeto y corazón ..